En el Perú, tres de cada diez niñas, niños y adolescentes presentan problemas conductuales o emocionales, según un estudio realizado por el Ministerio de Salud y Unicef. Uno de los riesgos que podrían afrontar nuestros niños, si estos problemas no se tratan a tiempo, es la depresión.
La depresión es considerada uno de los trastornos psicológicos más ignorados y menos tratados en esta etapa
Los peques aun no son capaces de comunicar verbalmente cómo se sienten, como lo hacemos los adultos. Ellos se expresan a través de su conducta, empiezan a comportarse de manera inadecuada y esto muchas veces es castigado o sancionado, pero la depresión sigue sin ser diagnosticada. Por lo general, los niños con depresión llegan a terapia debido a problemas de conducta que son los que saltan a la vista y alertan a los padres y los maestros, como golpear, morder, pasarse la pila en la cama, faltar al colegio, etc.
Los padres debemos tener claro que la depresión es un desorden del estado de ánimo caracterizado por la tristeza persistente, la desesperanza y la pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban. La depresión no es sinónimo de debilidad o engreimiento. Desmitifiquemos la tristeza!
Señales de alerta:
Algunos signos que pueden alertarnos a los padres o maestros que algo está ocurriendo son: Problemas de conducta, berrinches, actitud desafiante, variación en el rendimiento escolar, alteraciones del sueño y/o apetito, falta de energía, dolores de cabeza, corporales, problemas gastrointestinales, estado de ánimo triste, irritabilidad y aislamiento.
Si tu peque presenta alguno de estos problemas, busca la ayuda de un profesional.
¿Cómo podemos prevenir la aparición de este cuadro?
Es importante enseñar a nuestros hijos a gestionar sus emociones, es decir, a reconocerlas y a saber expresarlas de manera proporcional a cómo se sienten. Además, debemos transmitirles, de manera continua, seguridad para que puedan contarnos siempre cómo se sienten y que tengan claro que en nosotros tienen una figura de apoyo y contención.
Carmen Solís
Psicóloga Psicoterapeuta
Directora ReCreo