Mi hijo dice palabrotas ¿Qué hago?

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¿Tu peque está diciendo groserías? Si bien puede resultar abrumador que nuestro hijo/a diga una palabrota, lo cierto es que la mayoría de niños suele pasar por esta fase en algún momento, especialmente entre los 3 y los 5 años.

Para empezar, es importante recordar que los niños pequeños son como «esponjas» que absorben todo lo que ven y oyen a su alrededor, por eso, los padres y cuidadores deben ser un ejemplo y tener un lenguaje adecuado en todo momento, aunque creamos que ellos no nos escuchan.

¿Qué hacer cuando si mi niño/a dice palabrotas?

  • Lo primero es entender que nuestro hijo pequeño no sabe lo que significan esas palabras y si las dice es porque está repitiendo lo que escuchó en algún lado. Atento con eso.
  • Tu reacción es muy importante. Evita reirte cuando tu peque diga una palabrota. Si se nos escapa una sonrisa, lo que estaremos alimentando es que esa acción se vuelva a repetir.
  • La primera vez que las dice, explícale que esas palabras pueden molestar a los demás o hacerles daño y que por eso en casa no las usamos. Debe quedarle claro que lo que acaba de decir no está bien, pero desde la calma.
  • Pregúntale por qué ha dicho eso e invítale a reflexionar. Con preguntas como: ¿Por qué has dicho eso? ¿Qué crees que significa? ¿Qué sientes al decir eso?
  • No lo regañes en exceso, pues puede asociar la palabrota con tu atención. En ningún momento debemos gritarle o regañarle.
  • Cada vez que la conducta se repita, la indiferencia será la mejor manera de actuar. No es fácil, sobre todo si estamos en público o con familiares, pues solemos sentirnos avergonzados. Recuerda que la connotación negativa a esa palabra se la estás dando tú, tu hijo no sabe lo que significa. No le amenaces, castigues o pegues.

Si esta conducta en lugar de extinguirse tiende a ir en aumento, a pesar que has seguido los consejos, o las palabrotas van acompañadas de otros comportamientos o cambios en el humor de tu hijo, sería conveniente solicitar ayuda profesional.

 

Carmen Solís

Psicóloga Psicoterapeuta

Directora ReCreo

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¿Tu peque está diciendo groserías? Si bien puede resultar abrumador que nuestro hijo/a diga una palabrota, lo cierto es que la mayoría de niños suele pasar por esta fase en algún momento, especialmente entre los 3 y los 5 años.

Para empezar, es importante recordar que los niños pequeños son como «esponjas» que absorben todo lo que ven y oyen a su alrededor, por eso, los padres y cuidadores deben ser un ejemplo y tener un lenguaje adecuado en todo momento, aunque creamos que ellos no nos escuchan.

¿Qué hacer cuando si mi niño/a dice palabrotas?

  • Lo primero es entender que nuestro hijo pequeño no sabe lo que significan esas palabras y si las dice es porque está repitiendo lo que escuchó en algún lado. Atento con eso.
  • Tu reacción es muy importante. Evita reirte cuando tu peque diga una palabrota. Si se nos escapa una sonrisa, lo que estaremos alimentando es que esa acción se vuelva a repetir.
  • La primera vez que las dice, explícale que esas palabras pueden molestar a los demás o hacerles daño y que por eso en casa no las usamos. Debe quedarle claro que lo que acaba de decir no está bien, pero desde la calma.
  • Pregúntale por qué ha dicho eso e invítale a reflexionar. Con preguntas como: ¿Por qué has dicho eso? ¿Qué crees que significa? ¿Qué sientes al decir eso?
  • No lo regañes en exceso, pues puede asociar la palabrota con tu atención. En ningún momento debemos gritarle o regañarle.
  • Cada vez que la conducta se repita, la indiferencia será la mejor manera de actuar. No es fácil, sobre todo si estamos en público o con familiares, pues solemos sentirnos avergonzados. Recuerda que la connotación negativa a esa palabra se la estás dando tú, tu hijo no sabe lo que significa. No le amenaces, castigues o pegues.

Si esta conducta en lugar de extinguirse tiende a ir en aumento, a pesar que has seguido los consejos, o las palabrotas van acompañadas de otros comportamientos o cambios en el humor de tu hijo, sería conveniente solicitar ayuda profesional.

 

Carmen Solís

Psicóloga Psicoterapeuta

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¿Tu peque está diciendo groserías? Si bien puede resultar abrumador que nuestro hijo/a diga una palabrota, lo cierto es que la mayoría de niños suele pasar por esta fase en algún momento, especialmente entre los 3 y los 5 años.

Para empezar, es importante recordar que los niños pequeños son como «esponjas» que absorben todo lo que ven y oyen a su alrededor, por eso, los padres y cuidadores deben ser un ejemplo y tener un lenguaje adecuado en todo momento, aunque creamos que ellos no nos escuchan.

¿Qué hacer cuando si mi niño/a dice palabrotas?

  • Lo primero es entender que nuestro hijo pequeño no sabe lo que significan esas palabras y si las dice es porque está repitiendo lo que escuchó en algún lado. Atento con eso.
  • Tu reacción es muy importante. Evita reirte cuando tu peque diga una palabrota. Si se nos escapa una sonrisa, lo que estaremos alimentando es que esa acción se vuelva a repetir.
  • La primera vez que las dice, explícale que esas palabras pueden molestar a los demás o hacerles daño y que por eso en casa no las usamos. Debe quedarle claro que lo que acaba de decir no está bien, pero desde la calma.
  • Pregúntale por qué ha dicho eso e invítale a reflexionar. Con preguntas como: ¿Por qué has dicho eso? ¿Qué crees que significa? ¿Qué sientes al decir eso?
  • No lo regañes en exceso, pues puede asociar la palabrota con tu atención. En ningún momento debemos gritarle o regañarle.
  • Cada vez que la conducta se repita, la indiferencia será la mejor manera de actuar. No es fácil, sobre todo si estamos en público o con familiares, pues solemos sentirnos avergonzados. Recuerda que la connotación negativa a esa palabra se la estás dando tú, tu hijo no sabe lo que significa. No le amenaces, castigues o pegues.

Si esta conducta en lugar de extinguirse tiende a ir en aumento, a pesar que has seguido los consejos, o las palabrotas van acompañadas de otros comportamientos o cambios en el humor de tu hijo, sería conveniente solicitar ayuda profesional.

 

Carmen Solís

Psicóloga Psicoterapeuta

Directora ReCreo

  • Lo primero es entender que nuestro hijo pequeño no sabe lo que significan esas palabras y si las dice es porque está repitiendo lo que escuchó en algún lado. Atento con eso.
  • Tu reacción es muy importante. Evita reirte cuando tu peque diga una palabrota. Si se nos escapa una sonrisa, lo que estaremos alimentando es que esa acción se vuelva a repetir.
  • La primera vez que las dice, explícale que esas palabras pueden molestar a los demás o hacerles daño y que por eso en casa no las usamos. Debe quedarle claro que lo que acaba de decir no está bien, pero desde la calma.
  • Pregúntale por qué ha dicho eso e invítale a reflexionar. Con preguntas como: ¿Por qué has dicho eso? ¿Qué crees que significa? ¿Qué sientes al decir eso?
  • No lo regañes en exceso, pues puede asociar la palabrota con tu atención. En ningún momento debemos gritarle o regañarle.
  • Cada vez que la conducta se repita, la indiferencia será la mejor manera de actuar. No es fácil, sobre todo si estamos en público o con familiares, pues solemos sentirnos avergonzados. Recuerda que la connotación negativa a esa palabra se la estás dando tú, tu hijo no sabe lo que significa. No le amenaces, castigues o pegues.

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¿Tu peque está diciendo groserías? Si bien puede resultar abrumador que nuestro hijo/a diga una palabrota, lo cierto es que la mayoría de niños suele pasar por esta fase en algún momento, especialmente entre los 3 y los 5 años.

Para empezar, es importante recordar que los niños pequeños son como «esponjas» que absorben todo lo que ven y oyen a su alrededor, por eso, los padres y cuidadores deben ser un ejemplo y tener un lenguaje adecuado en todo momento, aunque creamos que ellos no nos escuchan.

¿Qué hacer cuando si mi niño/a dice palabrotas?

  • Lo primero es entender que nuestro hijo pequeño no sabe lo que significan esas palabras y si las dice es porque está repitiendo lo que escuchó en algún lado. Atento con eso.
  • Tu reacción es muy importante. Evita reirte cuando tu peque diga una palabrota. Si se nos escapa una sonrisa, lo que estaremos alimentando es que esa acción se vuelva a repetir.
  • La primera vez que las dice, explícale que esas palabras pueden molestar a los demás o hacerles daño y que por eso en casa no las usamos. Debe quedarle claro que lo que acaba de decir no está bien, pero desde la calma.
  • Pregúntale por qué ha dicho eso e invítale a reflexionar. Con preguntas como: ¿Por qué has dicho eso? ¿Qué crees que significa? ¿Qué sientes al decir eso?
  • No lo regañes en exceso, pues puede asociar la palabrota con tu atención. En ningún momento debemos gritarle o regañarle.
  • Cada vez que la conducta se repita, la indiferencia será la mejor manera de actuar. No es fácil, sobre todo si estamos en público o con familiares, pues solemos sentirnos avergonzados. Recuerda que la connotación negativa a esa palabra se la estás dando tú, tu hijo no sabe lo que significa. No le amenaces, castigues o pegues.

Si esta conducta en lugar de extinguirse tiende a ir en aumento, a pesar que has seguido los consejos, o las palabrotas van acompañadas de otros comportamientos o cambios en el humor de tu hijo, sería conveniente solicitar ayuda profesional.

 

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¿Tu peque está diciendo groserías? Si bien puede resultar abrumador que nuestro hijo/a diga una palabrota, lo cierto es que la mayoría de niños suele pasar por esta fase en algún momento, especialmente entre los 3 y los 5 años.

Para empezar, es importante recordar que los niños pequeños son como «esponjas» que absorben todo lo que ven y oyen a su alrededor, por eso, los padres y cuidadores deben ser un ejemplo y tener un lenguaje adecuado en todo momento, aunque creamos que ellos no nos escuchan.

¿Qué hacer cuando si mi niño/a dice palabrotas?

  • Lo primero es entender que nuestro hijo pequeño no sabe lo que significan esas palabras y si las dice es porque está repitiendo lo que escuchó en algún lado. Atento con eso.
  • Tu reacción es muy importante. Evita reirte cuando tu peque diga una palabrota. Si se nos escapa una sonrisa, lo que estaremos alimentando es que esa acción se vuelva a repetir.
  • La primera vez que las dice, explícale que esas palabras pueden molestar a los demás o hacerles daño y que por eso en casa no las usamos. Debe quedarle claro que lo que acaba de decir no está bien, pero desde la calma.
  • Pregúntale por qué ha dicho eso e invítale a reflexionar. Con preguntas como: ¿Por qué has dicho eso? ¿Qué crees que significa? ¿Qué sientes al decir eso?
  • No lo regañes en exceso, pues puede asociar la palabrota con tu atención. En ningún momento debemos gritarle o regañarle.
  • Cada vez que la conducta se repita, la indiferencia será la mejor manera de actuar. No es fácil, sobre todo si estamos en público o con familiares, pues solemos sentirnos avergonzados. Recuerda que la connotación negativa a esa palabra se la estás dando tú, tu hijo no sabe lo que significa. No le amenaces, castigues o pegues.

Si esta conducta en lugar de extinguirse tiende a ir en aumento, a pesar que has seguido los consejos, o las palabrotas van acompañadas de otros comportamientos o cambios en el humor de tu hijo, sería conveniente solicitar ayuda profesional.

 

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Para empezar, es importante recordar que los niños pequeños son como «esponjas» que absorben todo lo que ven y oyen a su alrededor, por eso, los padres y cuidadores deben ser un ejemplo y tener un lenguaje adecuado en todo momento, aunque creamos que ellos no nos escuchan.

¿Qué hacer cuando si mi niño/a dice palabrotas?

  • Lo primero es entender que nuestro hijo pequeño no sabe lo que significan esas palabras y si las dice es porque está repitiendo lo que escuchó en algún lado. Atento con eso.
  • Tu reacción es muy importante. Evita reirte cuando tu peque diga una palabrota. Si se nos escapa una sonrisa, lo que estaremos alimentando es que esa acción se vuelva a repetir.
  • La primera vez que las dice, explícale que esas palabras pueden molestar a los demás o hacerles daño y que por eso en casa no las usamos. Debe quedarle claro que lo que acaba de decir no está bien, pero desde la calma.
  • Pregúntale por qué ha dicho eso e invítale a reflexionar. Con preguntas como: ¿Por qué has dicho eso? ¿Qué crees que significa? ¿Qué sientes al decir eso?
  • No lo regañes en exceso, pues puede asociar la palabrota con tu atención. En ningún momento debemos gritarle o regañarle.
  • Cada vez que la conducta se repita, la indiferencia será la mejor manera de actuar. No es fácil, sobre todo si estamos en público o con familiares, pues solemos sentirnos avergonzados. Recuerda que la connotación negativa a esa palabra se la estás dando tú, tu hijo no sabe lo que significa. No le amenaces, castigues o pegues.

Si esta conducta en lugar de extinguirse tiende a ir en aumento, a pesar que has seguido los consejos, o las palabrotas van acompañadas de otros comportamientos o cambios en el humor de tu hijo, sería conveniente solicitar ayuda profesional.

 

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Para empezar, es importante recordar que los niños pequeños son como «esponjas» que absorben todo lo que ven y oyen a su alrededor, por eso, los padres y cuidadores deben ser un ejemplo y tener un lenguaje adecuado en todo momento, aunque creamos que ellos no nos escuchan.

¿Qué hacer cuando si mi niño/a dice palabrotas?

  • Lo primero es entender que nuestro hijo pequeño no sabe lo que significan esas palabras y si las dice es porque está repitiendo lo que escuchó en algún lado. Atento con eso.
  • Tu reacción es muy importante. Evita reirte cuando tu peque diga una palabrota. Si se nos escapa una sonrisa, lo que estaremos alimentando es que esa acción se vuelva a repetir.
  • La primera vez que las dice, explícale que esas palabras pueden molestar a los demás o hacerles daño y que por eso en casa no las usamos. Debe quedarle claro que lo que acaba de decir no está bien, pero desde la calma.
  • Pregúntale por qué ha dicho eso e invítale a reflexionar. Con preguntas como: ¿Por qué has dicho eso? ¿Qué crees que significa? ¿Qué sientes al decir eso?
  • No lo regañes en exceso, pues puede asociar la palabrota con tu atención. En ningún momento debemos gritarle o regañarle.
  • Cada vez que la conducta se repita, la indiferencia será la mejor manera de actuar. No es fácil, sobre todo si estamos en público o con familiares, pues solemos sentirnos avergonzados. Recuerda que la connotación negativa a esa palabra se la estás dando tú, tu hijo no sabe lo que significa. No le amenaces, castigues o pegues.

Si esta conducta en lugar de extinguirse tiende a ir en aumento, a pesar que has seguido los consejos, o las palabrotas van acompañadas de otros comportamientos o cambios en el humor de tu hijo, sería conveniente solicitar ayuda profesional.

Carmen Solís

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